Me fascinan estos curiosos pescadores de ojos verde esmeralda.
En época de confinamiento, las caminatas a orillas del Ebro son una buena terapia para calmar la inquietud de una fotógrafa de naturaleza.
Llevo días observando sus evoluciones; rio arriba y rio abajo, zambullida tras zambullida y con un poco de suerte salen a flote con la recompensa de sus repentinos y prolongados buceos, un pez en el pico que colocan y engullen con extrema pericia.
Parece ser que sus plumas carecen de la impermeabilidad de otras aves acuáticas, por lo que necesitan secarse. Les encanta descansar al sol con las alas extendidas, pueden estar largos ratos y es en estos momentos cuando mejor se les puede observar.
Buenísimas fotos de naturaleza, Pilar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este cormorán luce espléndido. El plumaje de esta ave es realmente bello al igual que sus ojos verdes.
ResponderEliminarMuy bien fotografiado.
Saludos.
Los que veo yo por mi zona están siempre quietecitos, hay que tener paciencia para conseguir instantáneas como las tuyas.
ResponderEliminarPODI-.
Que bonitas imágenes. Un saludo.
ResponderEliminarQue bonitas! Un buen seguimiento del ave, Pili.
ResponderEliminarUn abrazo.