Todas las tardes a la puesta del sol una estrepitosa algarabía anuncia que empieza el
espectáculo. Miles de estorninos nos deleitan con sus acompasadas evoluciones: danzan y danzan hasta que, todos al unísono, desaparecen entre la frondosidad del arbolado. Silencio hasta el amanecer.
Da gusto verlos evolucionar al unísono, y como, de repente, se dejan caer al su "dormitorio". Muy buena la imagen
ResponderEliminarEl misterio de una evidente sincronización.
ResponderEliminarSaludos,
podi-.
Espectacular imagen. Por el Parque Grande también he visto algo parecido.
ResponderEliminarUn abrazo, Pilar.
Magnífica esa nube de pájaros. Me gusta la luz y el color de ese momento.
ResponderEliminarSaludos.