Las esculturas de Gustav Vigeland (Frognerparken de Oslo) tienen tanta vida que, tan solo necesitan la libertad y, si la tuvieran, sin duda recorrerían sin complejos los increíbles parajes de su hermoso país.
Quiero captar la belleza, lo insólito... Lo que me emociona.
Pilar, te has tomado la libertad de hacer un fotomontaje que, sinceramente, no me convence mucho.
ResponderEliminarPero adivino lo magníficas que deben ser esas fotos por separado con tan buena edición.
Besos.
Menudo trabajo te ha debido llevar esta composición. Buen derroche de imaginación el tuyo para "trasladar" esa estatua desde su parque originario hasta ese lugar. Una edición perfecta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy buen revelado.
ResponderEliminarÁngel
Muchas gracias Minimal, Anaximandro y a.s.n. por vuestra visita y comentarios.
ResponderEliminarEsta fotocomposición corresponde a una serie de 8 fotografías que han sido publicadas en la revista Barataria de la Asociación Aragonesa de Amigos del Libro.